Santo Domingo.- Pensar en República Dominicana como destino de escapada para mujeres, nos hace transportar hasta el libro: “Come, reza, ama” de Elizabeth Gilbert, llevado al cine y protagonizado por la célebre actriz Julia Roberts (Liz Gilbert) quien según narra la historia decidió dejar de un lado todo aquello que creía tener bajo control para sumergirse a reconocer nuevas formas de amar la vida, tales como: Comer en Italia, rezar en La India y amar en Indonesia.
Quisqueya La Bella, como amorosamente llamamos a estos 48 mil kilómetros de diversidad, cuenta con todo lo que requerimos las mujeres en estos tiempos en los que no basta con visitar un destino, hay que hacerlo a lugares que nos dejen huellas por haber disfrutado las más memorables experiencias y que, sin lugar a dudas, involucren temas tan variados como la gastronomía, el amor, pasando por el rezo, o dicho en otras palabras, esa entrega con la espiritualidad que tantas veces necesitamos, cual Liz Gilbert fuéramos al menos una vez en nuestras vidas.
Come a la dominicana
La pasión por la buena comida se intensifica en cada rincón, en donde nos podemos fundir entre lo autóctono y la herencia de las distintas migraciones de extranjeros que han vivido o viven en este territorio.
De los españoles heredamos ese rico plátano que en Barahona se produce con una textura singular, ese mismo que puede ser transformado en un rico mangú o degustarse tipo tostón, acompañante ideal para carnes fritas, guisadas o incluso pastas; así como el sancocho que, cual cocido adaptado a nuestra realidad, engalana los hogares dominicanos con un toque especial según la región en la que nos encontremos.
De los Cocolos heredamos el arte del coco en sus guisos, sus tres tipos de domplines, con harina blanca, amarilla y mezclada, su delicioso mabí de palo, y sería un pecado no mencionar el grandioso Guavaberry al que tantas facultades curativas se le atribuyen.
El Norte coquetea con la guinea guisada, la cual se come tanto en Bonao como en Cotui, añadiéndole en este último lugar unas semillas de cajüil que coronan de forma majestuosa tan delicioso manjar. Seguir hasta Maimón con su variedad de pescados frescos, sopa de mariscos o desviarse hacia la línea noroeste en donde el Chivo Liniero ya cuenta con una ruta turística digna de realizar.
Unos Panecicos de SAJOMA o un Mofongo mocano, sin lugar a dudas dejarían aún más en alto la variada comida regional dominicana, así como lo hace Constanza, Ocoa y Jarabacoa con su amplio abanico de opciones entorno a la comida saludable compuesta por vegetales frescos, que van desde la pizza de 16 vegetales frescos de Antojitos de Lauren en Constanza hasta el refrescante mabí de Tayota que realizan en Jarabacoa.
Reza a la dominicana
La cristianización de América entró por República Dominicana, lugar a donde llegó la primera biblia y desde donde la fe, esperanza y amor fueron catapultadas a otras naciones del Nuevo Mundo.
Cada rincón de la República Dominicana, nos presenta posibilidades diferentes para retirarnos a reencontrarnos, cumplir promesas, o simplemente dar de nosotras a quienes más lo necesitan con trabajos comunitarios que retribuyen lo que tantas veces recibimos y creemos no merecer.
Lugares especiales como el Santo Cerro en La Vega, el Monumento al Divino Niño en Constanza, las Tablas de San Martín de Porres en Baní, o trasladarte hasta el este a visitar a “Mamá Tatica” como cariñosamente se llama a la Virgen de La Altagracia, son algunas de nuestras propuestas.
Para aquellas quienes buscan un roce más directo con las llamadas “energías positivas” el Hoyo de Pelempito se impone con su impresionante valle intramontano que se erige a más de 700 metros por encima del nivel del mar y que con su mezcla entre silencio y cantares de las más variadas aves pajaritos puede transportarnos dentro de nuestro propio ser, ese que la vorágine del día a día puede dar en ocasiones como perdido.
Ruta de la fe, rutas Marianas, e incluso réplica de rituales indígenas son algunas de las actividades religiosas alternativas que podemos encontrar.
Ama a la dominicana
En una de las páginas de libro “Come, reza, ama” sobre el cual basamos esta nueva forma de ver la República Dominicana como destino para mujeres, cita lo siguiente: “Más vale vivir tu propio destino imperfectamente, que vivir a la perfección el destino de otras personas” y esto es algo que vivimos muchas mujeres, cuando nos preocupamos más por todo lo demás.
Parejas, hijos, familias, trabajo, ocupan el primer lugar e incluso segundo y tercero en una vida que nos fue regalada y tenemos por obligación que cuidarla.
República Dominicana es un destino en el que los anhelos de la mujer moderna se logran con facilidad, buenas tiendas para comprar ropa bonita, exclusiva e incluso permitirse uno que otro diseño único; peluquerías y esteticistas de calidad, y así como ese tipo de detalles otros tantos que debemos conocer y buscar, porque el amor empieza por una misma.
Una escapada de relajación con amigas ya sea a un spa urbano o marino, recorridos en bici, trikke, Chuchu tren, entre otras tantas opciones se convierten en la excusa perfecta para ser cómplices del amor propio para mimar nuestro templo más sagrado, nuestro cuerpo, e incluso una nutri-escapada de esas que se realizan en Constanza o La Romana.
Y si por tan solo una vez nos decidimos a disfrutar de la adrenalina en su máxima expresión, probando distintas modalidades de turismo de aventura, que tan de moda están en estos tiempos. Y si nos permitimos rodar dentro de una gran esfera como lo es el zorbing, saltar con cables entre plataformas con algún canopy o zipline, descubriendo cavernas y pistas de buggies, desafiando el agua y su fortaleza en un entretenido rafting, volando como mariposas entre valles en algún parapente, en fin, haciendo lo que pocas veces hacemos “vivir por y para nosotras”.
Como cita una frase muy conocida: “La diferencia entre donde estuviste ayer y dónde vas a estar mañana es lo que digas y hagas hoy”… Come, reza, ama a la dominicana.
Una colaboración de Milka Hernández
Docente universitaria
Directora del departamento de Promoción Turística Nacional
de MITUR y egresada del Instituto de Empresas de Madrid, España
No hay comentarios:
Publicar un comentario